martes, 15 de diciembre de 2009

Yo


Iba a escribir algo… algo sobre la vaca amarilla y de como creo que es la única manera de sobrevivir dignamente en este mundo y bla bla bla. Sin embargo hoy es un día especial en muchos sentidos…

Dentro de mi cabeza viven dos personas perfectamente definidas y profundamente diferentes, sé que a la larga uno de esos “yo”s es el que será “el yo” a fin de cuentas.

La primera persona es el hijo, el novio, el amigo, el hermano, el pianista; es aquel que es humano, que se enoja, que se indigna y que emite opiniones y juicios, aquel que cuando siente algo como injusto no descansa hasta ver que se hizo la justicia, aquel que llora cuando ve triste a su madre o a su hermano. Es un ser humano, un animal humano, alguien que no sabe por que siente lo que siente, alguien que hace, que actúa, que disfruta de la comida y que quiere el iPhone, que disfruta de la Nikon y del LCD con el Wii; es aquel que se motiva ante la idea de poner una escuela de música, es esa mente activa que elige tras dudar, que juzga atinadamente según su criterio, que ayuda, el que escribe este blog para poder aliviar un poco la carga emocional que soporta, es quien escucha a su madre cuando tiene que llorar y a su padre. Es a veces juez, a veces juega a ser psicólogo, es pianista y fotógrafo, tiene cosas, tiene novia, amigos, anhelos, frustraciones, el corazón demolido, es aquél que sueña con un piano de cola nuevo y con que todo se arregle pronto en su casa... Esta persona es, como dice Borges, Helena y Clitemnestra, es Aquiles y Paris, es Tersites y Apolo, Dionisio y Marcias… es alguien capaz de amar, de perdonar, de enfurecerse hasta perder la razón, es compasivo y llora con la tristeza ajena, besa y desea, ansía y se pierde en caricias que le arrebatan los latidos, ve un mundo perfectamente representado y entiende que la meta de su vida es cuidar a sus padres y encontrar a alguien con quien compartir todo.

Sin embargo, existe otra persona dentro de mí que no es. Me explico mejor.

Hace un tiempo tuve un par de experiencias especiales, al dudar de mí mismo, al entender que fui un torpe al creer que sabía, al estrellarme dos veces con la pared por no querer dar la vuelta y pasar por la puerta... esa puerta que siempre estuvo cerrada…

Comencé de pronto a ver en el mundo algo que no es, comencé a tener una especie de "entendimiento" de la realidad donde no se describe el "cómo" sino se encuentra la "causa", no se "conoce" la causa pero se entiende que no se entiende, se sabe que está ahí pero no se sabe cómo, se observa y se mira, pero no es posible comprenderla; quiero decir, un estado en el cual no se siente nada sólo gozo.

Un estado de contemplación absoluta, de un goce increíble... La caída de las hojas, hojas rendidas ante la voluntad del viento, sólo gozando de su suave caída, no esperando el lugar donde han de caer, no deseándolo, no pretendiendo encontrarse otra hojita para invitarla a su casa... simplemente viendo y amando a las hojitas que se encuentra... por voluntad de ese viento en el rostro que no te juzga, que te acaricia aún cuando tú sientes que nadie quiere hacerlo... veo al tibio mar, que es el amante de la cálida arena y sé que nadie lo sabe, sólo yo... y la luna tan plateada, jugando a esconderse del sol. Veo a las montañas desesperadas queriendo besar el cielo, llorando por que sus intentos son inútiles... veo a las nubes que existen y que existen porque sí, nubes que nadan y retozan, que son gordas y lentas, violentas y sedosas, suaves y blancas... veo al árbol digno, que me dice tantas cosas de cómo se debe ser en esta vida, justo y generoso, sin pedirle nada a nadie... veo el pasto contándole secretos al rocío, secretos que sólo ellos saben... el pasto y la hierba bailando al compás del viento... escucho a los insectos cantando la canción del mundo... espío a las piedras dignas, inmutables y sabias ya que nunca dicen nada...

La vida vistiendo al mundo... la vida coloreando todo lo que existe... todo lo que es y que existe, y que no sería ni existiría sin nosotros, sin mí, sin ti, sin alguien que la mirara...

Todas estas cosas las ve esa persona, se maravilla de observar sin saber ni qué ni quién es el que observa, se impresiona de su propia existencia, goza una especie de gozo sin gozo, quiero decir que "ama" (porque eso debe ser el amor), que ama de esa manera especial y pocas veces accesible... que ama al no querer ni desear, que ama al no creer más que en si mismo, que ama al saber que no sabe nada, y que ama por que comprende que no hay más remedio que amar la vida... creer en nada más que en la existencia y contemplar el milagro.

En estas dos personas hay algo en común, y es la música.

En la primera es una perfecta manera de expresar todo ese animal de emociones que soy por dentro, de cantar mis lágrimas tontas, de susurrar mis pasiones más secretas y de lamentar el que no estén más conmigo. Es la única manera que encuentra ese animal de consolarse de a poco, de acurrucarse y salvaguardarse de la angustia que a veces representa vivir dentro de su mundo, ese mundo de protocolos, de conductas y de lecturas de rostros, de gestos y señales, de cortesías y groserías, de apariencias y de llantos en soledad... donde nadie te mire que lloras; salvarse de ese mundo de peluche, de muñecas bellas que corren y de simios que juegan a ser humanos; Cómo comportarse con alguien que es grosero contigo, cómo ver a alguien que te mira con agrado, cómo besar a aquella que te ama como un ángel y un demonio al mismo tiempo, cómo decir las cosas para no hacer llorar a mamá, o para hacer sentir orgulloso a papá, qué decirle a "ella" para que no se sienta ofendida, cómo saber que sabe que estoy bien y que quiero que ella sea feliz, cómo evitar que "ella" crea que la odio o que vivo despechado si ni siquiera quiero que me escriba... cómo salir de esta gran maraña de incertidumbres y de dudas acerca de lo que quiero. Todas estas cosas batallan y bailan en la cabeza del primer sujeto... qué hacer para encajar aquí, para no sentir que ser pianista es algo inútil, para ser feliz por tener a mi gran amiga en mi vida, y no ser infeliz por no tenerla a mi lado.

Dudas y más dudas dentro de él viven.

Esta primera persona es alguien que me gusta por que no niega la muerte, porque es un buen artista, porque es sensible y cariñoso, porque es bueno... porque cumple un rol importante dentro de la felicidad de sus padres y de sus amigos.

La otra persona niega a la primera, de hecho es lo único que niega... tan sólo mira en él un animal humano más navegando en un mar de protocolos, lo ve sin juicio y sin desearlo, lo mira de lado sin quererlo, esta otra persona siente la música como una descripción casi perfecta del cosmos, de la vida, del amor, de la causa primera... de Dios para efectos prácticos. Esta persona lo que quiere es no querer, lo que anhela es irse lejos para no anhelar, para no distraerse de ese mundo que puede ver. Esta persona necesita soledad para vivir, necesita no ser persona y vivir sin personas. Esta persona no disfruta con el blog ni con el Internet, a él no le importa la muerte pues no existe... tan sólo observa y ama lo que observa, no mata, ni juzga, no es justo porque no hay justicia que llevar a cabo... no cree porque sabe que es fútil... tiene paz... no "desea" a ninguna mujer, lo único que desea es traer a la que más ama a su mundo y escaparse sólo con ella a un lugar donde el canto sea eterno y las nubes dibujen las mil formas de su amor... un lugar donde no necesiten las manos ni los rostros, ir con ella a volar para ver las supernovas de cerca y pintar sus ojos con el polvo de las nebulosas, hacer joyas de hielo para adornar su cabeza y mariposas de fuego para su cabello, desea regalarle un vestido de viento de playa para que acaricie eternamente la delicia de su cuerpo; lo que quiere es escuchar música con ella y cultivar su propia comida para sentir que se la merece... quiere agradecer llorando al viento y al mar por todo lo que existe gracias a ellos, al sol y a las plantas por la vida que regalan por amor, quiere correr por los campos de flores y llevarla de la mano, para que sienta el olor del llano y mire los matices de su cariño... lo que quiere es ser un ave y un pez, quiere ser el sol o un cometa, un cometa que la visite a su planeta... a ella, que está con él pero no a su lado... quiere ver todos los colores en su vientre y dos rosas en sus sienes... quiere mirar, no a ella sino a través de ella, para amarla más completamente... cantar con su voz y andar con sus pies... besar con sus labios y sentir con su piel... quiere volar lejos, muy lejos... con el cisne...


...Creo que ésta es la persona a la que ella ama...


La primera persona quiere ser la segunda... piensa que es la única manera de vivir... como la vaca amarilla, tan vaca y tan amarilla, tan ella, tan sólo ella... y tan difícil de ser ella...

Feliz porque es, pudiendo no ser.

Pensaré mientras camino, camino y camino mucho, sólo camino... ahora mismo me siento muy feliz...

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