jueves, 5 de noviembre de 2015

Pausas el tiempo.

Pausas el tiempo.
Me arrastras hacia el mundo que he inventado para ti. El mío, ya poco importa.
Nada vale.
Nada es razonable.
Eres la semilla fundamental de lo hermoso.
La complejidad más elaborada se deshace ante tu imagen.
Simplificas lo más extraño.
Vuelves uno, los miles de motivos para vivir.
Al razonamiento más perfecto lo invalida tu aliento.
Destrozas cualquier esquema impuesto.
Me obligas a rendirme.
No hay algo que te explique. Sin embargo explicas mi vida.
Paro el mundo por ti. Detienes todos los movimientos de mi alma.
Concretizas en un segundo lo infinito del tiempo.
Diluyes el devenir en un momento. Lo enfrascas, lo evidencias. Todo es tan obvio, si te miro. Todo tiene sentido. Todo es fácil.
Concentras mi ser en un segundo.
No puedo comprender lo que ocurre.
Solo sé que ocurres.
Y soy bendito por poder atestiguarlo.

23-10-15

martes, 3 de noviembre de 2015

Amor

-No está bien lo que siento por ella.
-¿Qué sientes por ella?
-Amor.

lunes, 2 de noviembre de 2015


Sólo quiero tu bien. Aunque no te vea, aunque no te sepa, aunque no te sienta, aunque deba arrancar tu confianza de mi pecho, aunque deba olvidar el sonido de tu risa, y renunciar a tus pequeñas manos. Sólo quiero tu bien.

Te veo ahora, desnuda de rosas.

Te veo ahora, desnuda de rosas.

Desnuda del vestido negro y sin el cometa con rayos pintados.

No más mirada al suelo.

Sólo tú, desnuda y la noche profunda detrás de ti.


Sólo eres tú, y ahora siento caer tus cabellos sobre mi rostro, y me cuentan tus ojos todo lo que has callado, y me susurran tus manos la verdad de tus deseos... no pienso, trato intensamente de escuchar la noche para lograrlo, no escucho. Estoy sentado delante tuyo con la mirada fija en la nada... imagino que hay estrellas a tu al rededor, casi puedo mirarlas... se mueven velozmente, y son tus manos las que ahora convierten todo en mi universo.

De ti busco el encuentro.

De ti busco el encuentro. La chispa. La inspiración. Busco tu sonrisa, lo imprevisto, lo nuevo, lo inesperado. Lo inexplicable. Lo incómodo del caos, la maravilla de la sorpresa.Cuando te veo a lo lejos, me detengo y te miro venir a mí. Con esa delicada gracia, deseando que tardes mucho en llegar, para verte más. Quiero que no termine tu trayecto, para grabar en piedra mis recuerdos sobre ti. Cada paso, cada respiro, cada uno de tus gestos. Te anhelo cerca.Cuando estás cerca, lo que busco es cerrar los ojos. Imaginarme querido. Pensarme bueno. Creerme valioso. Sentirme pequeño para que me engrandezca tu confianza. Me dignifican tus besos a distancia. Me fortalece tu mirada. Me colmas de todo. Me inundas de vida. Me falta nada. 
No existe meta que no pueda alcanzar si tengo tu mirada. Me vuelves mejor. Me conviertes en lo que sea que pueda existir. Me levantas y me tiras. Me curas de miedo, me enfermas de amor. Brilla tu esencia en mi alma, te conviertes en seda en mis manos, te vuelves miel en mis oídos. Vuelves bueno el cosmos, tu voz opaca el eco del mundo, sólo a ti te escucho. Tus pasos limpian el camino. Tu cabellos perfuman el aire. Tus manos me aterran. Tu talento me intimida. Tu alma me destroza. Tu corazón me susurra que siga contigo. Que persista.

A ser. Para ti

Llego al fin aquí, a casa. A despojarme de apariencia. A ser. Para ti. Porque sé que me basto por ti, para ti, de ti.

Rindo tributo a la perfección que aterriza en tu corruptibilidad. Mas no me aparto de que subyace a tu mirar un permanecer eterno que se traduce en tu mirada, a mi mirada. Que se convierte en tu risa y en tu aliento. Una conexión implícita en nuestro palpitar paralelo. Un devenir en conjunto que se convierte en tacto. Que se manifiesta en tu espanto, y que encuentra consuelo en mi abrazo. 

Estamos, somos. Y a mí me sorprende y me maravilla. El milagro de ti cerca de mí. Hoy. Quizá mañana.

Infinitas posibilidades que se concretizan en ese par de ojitos, en esas 38 pecas, en esos miles de cabellos de oro y seda que suavizan lo tosco de mis manos, que las ridiculizan. En esa voz que de ti emana y que calma la necesidad infinita de belleza de mis oídos. En tu andar inconsciente, en tu transitar por el mundo. En tus labios cubiertos de chocolate.

Intempestivamente, torpemente, ingenuamente, decidí no soltarte. Y ahora no sé qué seguirá a tu partida.

Y así discurre mi vida.

A veces piensos en si cambiaría algo si te llamaras María o Renata o Universo. De pronto comprendo que no es tu nombre sino tus ojos. Y no lo que yo veo, sino de lo que inundas al universo. Eres única, irrepetible, extraordinaria, irreemplazable. Eres todo y nada. Hueles a mí, a tierra, a piano, a campo, a lluvia, a vida. Suave como seda, blanca como nube, lejana como estrella, bella como luna, perfecta como Rosa, divina como Bach, fugaz como una idea, eterna como Dios. 

Prisionera de tu propia belleza, ave desplumada, musa de pocos,

Y así discurre mi vida, pensándote sin que lo sepas. Viendo en ti algo que no sabes que se podía 

Me tienes niña.

Me dedico a disfrutar mi regalo del mundo. Es mío y vive solamente en mí. Es invisible, insípido, no se puede tocar, ni oler ni escuchar; sin embargo, enaltece mis sentidos más que ninguna otra cosa.

Yo no lo pedí, llegó así, un día de marzo, como anunciando la primavera, y eclosionó en mí al sentir tu mirada. Por primera vez. Tímida. Así, como le aparentas ser al mundo. Indiferente, como todos creen que eres. Altanera, como ni siquiera finges serlo bien. A mí no me engañas.

Hoy he podido constatar que mis sospechas fueron siempre ciertas. Ahora sé que eres ese ser hermoso que yo intuí. Te veo de cerca y lo siento en mis dedos al recorrer tus mejillas. Al besar tu frente. Al recorrer tus brazos con ingenua fascinación. Al sentir lo húmedo de tu cabello cuando te recuestas en mi pecho.

Sólo siento el impulso de admirarte, de cuidarte, de entregarme, de mantener eterna vigilia en pos de tu sonrisa, de descansar sólo si estás calma. De ayudarte en todo lo que necesites. Nada hay en mí para ti, que no sea amor. Eres mi prueba de fuego.

Yo no sabía que portabas dentro de tu alma ese regalo que dios tenía para mí. Mi amor. No sé si después de ti, exista más de esto para mí en el cosmos. Hoy no me imagino, ni siquiera, buscándolo en otro lado. No quiero pensar en qué haría ahora yo sin ti, ya que me has mostrado el paraíso que cargas contigo, dentro, y que yo vivo cada segundo que te tengo, que te pienso, que te recuerdo, o que te imagino. Paraíso que a veces me siento el único capaz de ver y sentir. 



Me tienes niña. 

Gracias Horacio.

Hoy ya siento la gran mejoría.

Me sorprendo muchísimo de notar como es que todo es tan diferente si se está bien.

La medicina está surtiendo efecto y ya se fueron casi por completo los dolores de cabeza, se fue la depresión, el dolor de garganta, el ardor, la hinchazón, el pesar y el pesimismo.

Ahora siento profundas ganas de hacer algo, no precisamente de estudiar el piano, no. Quiero ahora estudiar algo que tenga que ver con la mente, con el pensamiento, creo que será Psicología, si.

Hoy sí fue muy grosera conmigo.

Hoy sí fue muy grosera conmigo.

Y sé que no es porque quiera ser grosera...

Dejarme de hablar, caminar con su hermana muy delante mio, no hablarme más que lo indispensable, no mirarme aún cuando yo la miro, preguntarme si es que estamos jugando a ver "quién da su mano a torcer"...

De algún modo tiene que desahogar lo que siente.

Yo lo que creo es que ella piensa que yo la culpo de todo. Aún de mi enfermedad ( que cosa más tonta). ¿Cómo le haré ver que eso no existe en mí? Yo no veo así las cosas, es verdad... me sé responsable de lo que soy y eso es porque soy lo suficientemente inteligente como para analizar lo que me pasa y de salir adelante solo y de elegir después cómo voy a actuar y cómo voy a procesar lo vivido. Sé que lo que soy es lo que las circunstancias me han hecho ser, pero sé que también soy el resultado de las posturas que he decidido tener ante todos mis problemas.

Pura verborrera dice.

Ya... lástima que no me crea...

Noto que no le gusta que yo sepa cosas de la comida (riquísima por cierto) y se apresura a decir lo que ella sabe y así quedar bien con su hermana. Noto que está nerviosa. Es tan linda... La veo con esa sonrisa forzada, no puede mentir. Quiere darme a entender que sige muy enojada, ya vale, lo he entendido. La miro y no puedo dejar de mirar que hermoso se le ve el cabello después de haberlo cepillado, eso labios tan carnosos y rojos, esa risa de niña, y todas las maneras de mujer que tiene de decirme que no está contenta ahí... qué hermosa se ve enojada...

Habla sólo con su hermana, no me mira ni de broma. ¿Qué hice mal? Creo que piensa que antier traté de lavarle el cerebro.

Ahora no sé que hacer, si le digo algo, dirá que ordeno todo retóricamente para hacerla quedar en mal y yo salir "victorioso" como si de una guerra se tratara. Si le escribo un mail dirá que son estupideces, si no le digo nada dirá que no la quiero...

Ya todo era tú.

Y qué voy a hacer sin ti.Ya me había acostumbrado a despertar con el sol antes de que saliera.Ya me había acostumbrado a anochecer con tu sonrisa como luna.Ya anhelaba el día siguiente. Para que se repitiera el prodigio.Ya sabía que tú luz volvía día, la oscuridad más apesadumbrada.Ya tenía motivos. Ya tenía todo.Ya el mundo tenía colores.Ya todo era tú.Ya todo era amor.

Soy especialista en soñar.

Soy especialista en soñar, en inventar universos, y el nuestro no existe. Sólo lo imaginé una tarde de primavera. Al principio tenía un par de árboles y nubes, y a partir de ahí lo engrandecí hasta el tamaño que tiene hoy. Tiene de todo, varios planetas y lunas, montañas para que corras, cielos para que explores, lagunas para que nades y hasta un Broadway sólo para ti. Si viajaras en globo verías todo lo que sembré y todo lo que pinté y erigí, lo bien que decidí ubicar todo lo que hay.

Yo no lo elegí. Yo no lo pedí. Llegó y ya. Lo siento, y ya.

Hoy creo e invento a partir de ti, sin que me lo pidieras, sin yo haberlo planeado. Sin sentido aparente, sin que deba de importarte. Sin que tú te enteres la mayoría de las veces.

Quizá en otro tiempo, en otra vida, en otro cuerpo, con otro nombre, sin tanto lío y sin que se me haga tan tarde como ya se me hizo. Con menos lluvia y menos viento, menos locura, menos cartas, menos rosas, menos fotos, menos arte, menos poemas, menos vida... Con más risas huecas y menos llanto sincero. Menos yo y más plástico. Menos verdad y más apariencia. Más simpleza y menos búsqueda.

Quizá en otro tiempo baste con que yo exista y sea lo que no soy. Porque así, con todo lo que tengo y hago, soy ángel de nadie, héroe de nadie, amor de nadie. Nada de nadie. Me desbordo sin sentido, procuro sin meta, amo sin rumbo. Y de algún modo extraño no me parece raro, creo que el mundo debería ser así, como yo. Porque creo que soy bueno. Y así no es el mundo, y me siento un idiota en el universo, por querer que obedezca mis ilusiones.

Vivo una búsqueda infinita de profundidad del ser, no me conformo con menos, necesito conocer la verdad. Y de algún modo tú contienes mucho de lo que busco así nomás, sin quererlo. Me fascinas, me deslumbras, me destruyes, me haces volar y caer a la vez.

Nunca me cuido, por qué nunca lo veo venir, porque simplemente no sé qué hacer con un brillo como el tuyo, con besos como los tuyos, con esas manos de seda, y esa voz que ridiculiza a los ángeles. No sé cómo manejar tanto. No sé qué hacer con una explosión así, de estrellas, como esas de las que colmas mis segundos. No sé dónde guardarme tantas muecas, gestos, brincos, giros, guiños y sonrisas perfectas. Me siento superado en todos los sentidos. Me quedo inerte, expectante, débil, suspendido, fascinado, quieto, inútil, inerme.

No sé defenderme. Porque ni yo sé por qué hago las cosas. Porque soy tan intenso que soy capaz de naufragar por una ilusión. Porque nunca aprendo la lección. Porque sigo creyendo, y ni siquiera sé en qué...